El cristinismo, la audacia y el (mal) cálculo


Cientos de interpretaciones circularon en estas horas posteriores al cierre de listas. La elección del candidato a vice-presidente, a vice-gobernador de la estratégica provincia de Buenos Aires y el armado de las listas de diputados y senadores nacionales, estuvieron en el centro del debate.
Nuestra primer lectura es que en la elección de los candidatos, CFK hace un reconocimiento de la precariedad política de la coalición con la que gobernó el país hasta ahora.
La disyuntiva es, parafraseando a Gramsci, si lo que pretende que nazca es mejor de lo que "no termina de matar". Es decir, una camarilla de funcionarios estatales, con figuras mediáticas, simpáticas a la clase media, venidas desde la derecha o la centroizquierda, intentando "domesticar" al peronismo "mazorquero" del PBA, a los federales de las provincias y como si fuera poco, también a la burocracia sindical, ¿significa mayor estabilidad burguesa y una profundización del "proyecto"?.
Hay algo de verdad en las declaraciones de Schmid sobre la injusta retribución del gobierno al "movimiento obrero organizado", al mandarlo a cola, en puestos testimoniales para las listas. Claro que no en el mismo sentido que el burócrata piensa. Pero la burocracia sindical hizo un gran aporte a la estabilidad política, manteniendo a raya al movimiento obrero, acordando techos "moderados" que marquen el ritmo de las paritarias, permitiendo la existencia de millones de contratados, en negro, precarizados y cumpliendo fielmente su rol de policía interna en el seno de la clase trabajadora. No es justo que a cambio de este gran servicio prestado a la estabilidad capitalista Argentina, la burocracia sindical deba soportar que le pisen la cabeza los arribistas de "La Cámpora" y tengan menos diputados que bajo el menemismo. Si hasta tuvo que pagar este rol, con el surgimiento de una fuerte corriente de "sindicalismo de base" en importantes industrias y empresas. 
Por su parte, el aparato peronista, como gran partido de la contención, tampoco quiere quedar marginado, cuando son ellos los que mantienen el "orden" en el territorio.
Pero el fin de ciclo político del kirchnerismo, obligaba a un cambio de rumbo, sino se pretendía llegar al ocaso, con un nuevo mandato sin posibilidad de reelección, con CFK flanqueada por una burguesía que exige cada vez más orden, un pejotismo que "agradece los servicios prestados" pero quiere más poder real y un una burocracia sindical reformista que pretende más poder político, para controlar mejor a un nuevo movimiento obrero. 
De todo este entramando contradictorio de fuerzas, CFK pretende salir "por arriba", con el clásico método del bonapartismo peronista ("con vestidito negro", diría el amigo Facundo Aguirre). Se apoya en "fuerza" que le da el crecimiento económico, la debilidad política de la oposición patronal y los votos, que le permiten en la coyuntura estas maniobras sin sobresaltos.
La cuestión decisiva será cuando, tarde o temprano, la crisis capitalista en curso, llegue a la Argentina.
El cuento de la hegemonia se terminó el fin de semana. La CGT se distancia, el peronismo histórico desconfía y se resiente.
Audacia no le faltó a CFK, pero lo importante es si el "cálculo" es certero. Se puede responder que sí y no. Para octubre, es probable que esta opción política permita ganar la elección. Pero estratégicamente se va hacia un gobierno que no sólo no es hegemónico, sino que ahora también resquebraja la relación con los aliados que le garantizaron hasta ahora la "estabilidad", para pasar a apoyarse en una nueva y políticamente fastasmagórica "juventud" con "épica de gestión". Y en un momento en que hasta logró enlodar, a través de su propio método de cooptación, emblemas nacionales, como la Asociación Madres de Plaza de Mayo, que bien supo utilizar en sus orígenes, como símbolos de un "cambio de época" y de concesiones por arriba, como respuesta a su vez a la crisis de la política y del régimen burgués del post-2001.
Claro que el bonapartismo-cristinista, como todo bonapartismo, no es neutral. Boudou en la vicepresidencia y la marginación de la burocracia sindical, son símbolos de un guiño (uno más) a derecha, que la Viuda le hace a la burguesía, para demostrarle que se superó el período ultraizquierdista de enfermedad infantil (un poco alentada por ese "loco" de Néstor) y que el kirchnerismo llegó a su adultez: el cristinismo. El mensaje subyacente a la burguesía es mas o menos este: "ven que estamos dispuestos a acordar con todos, salvo con Clarín, porque algún "enemigo" tiene que haber para sostener la "épica" (y a los giles que se la creen), y ahí está Boudou, como frutilla del postre, para demostrar que somos la mejor garantía de sus negocios".
Pero subirse al caballo junto con los prepotentes de la Cámpora, bajo el influjo de una economía con destino incierto y de los votos de una voluble clase media, es una movida un tanto peligrosa. Pretender atacar y romper o subordinar al "centro de gravedad" que sostiene el poder burgués en la Argentina (el peronismo y la burocracia sindical), desde un "armado" de "jóvenes" carreristas, más que audaz, es aventurero. Si hasta sectores de la propia burguesía alertan sobre los ciertos riesgos de romper abruptamente con la burocracia sindical.  
Los desplantes a los barones de mazorqueros y federales del peronismo y a la burocracia sindical, auguran nuevas intrigas, rupturas y crisis, que están en la naturaleza de la dinámica política de los regímenes de los países semicoloniales. Será a través de una mayor "autonomía" del moyanismo (que no deja de expresar el nuevo peso específico del movimiento obrero), o será con nuevas operaciones del aparato peronista o por la propia llegada de la crisis mundial o muy probablemente por una combinación de todos estos elementos, por donde puede saltar el equilibrio inestable del "nuevo" ciclo cristinista.
Para nosotros lo importante es aprovechar las brechas que se abren entre "los de arriba", para hacer avanzar la lucha y las organización de "los de abajo". El Frente de Izquierda y los Trabajadores debe postularse como un polo político fuerte de independencia de clase, conquistar simpatía (y posiciones) en el movimiento obrero y de masas, en un buen momento en el que se pueden empezar a aprovechar los errores de "cálculo" del enemigo.

Comentarios

  1. Fer: estaba escribiendo un post tomando muchas de las cosas que planteás. Me tomo el trabajo de recortar todo lo ya dicho por vos y agregar algunas cuestiones a pensar

    Los métodos bonapartistas de CFK para resolver la interna del PJ, se apoyan en un consenso social de masas, basado en el crecimiento económico y el consumo resultante. Pero esos métodos bonapartistas expresan los límites para resolver las contradicciones del peronismo (y del régimen político de conjunto) por medios esencialmente “democráticos”. Esto anuncia, como dice Fidanza, una guerra civil “al interior de la Nación peronista” (http://www.lapoliticaonline.com/noticias/val/74533-6/es-la-campora-el-ejercito-indicado-para-la-guerra-que-viene.html)
    En esa coalición se refugian, apretando los dientes, los barones del conurbano y los gobernadores del PJ. Entre ellos están De la Sota y Schiaretti que vienen sosteniendo una dura negociación, donde intentan el difícil equilibrio entre evitar que la sangre llegue al río o aparecer completamente subordinados (http://www.lavoz.com.ar/noticias/politica/caserio-se-han-agotado-tiempos)
    A De la Sota y Schiaretti les asusta mirarse en el espejo de Scioli que, Clarín dixit, ha sido humillado a más no poder. Pero lo que más les asusta es una crisis de las finanzas provinciales en medio de la campaña electoral, donde una parte central de la misma es la inauguración de nuevas obras. (http://www.lavoz.com.ar/noticias/politica/temor-peronismo-cordobes-represalias-desde-casa-rosada.) La última crisis importante por diferencias entre el gobierno nacional y provincial llevó a la reforma previsional del 2008 que terminó con enfrentamientos entre la policía provincial y los gremios estatales como Luz y Fuerza, palmeras ardiendo en Plaza San Martín mediante. Estas son parte de las contradicciones que asoman la nariz en Córdoba hacia el 2012.
    CFK tendrá a su favor los recursos de la caja como para imponer disciplina temporal a los gobernadores en provincias con deudas importantes y, al mismo tiempo, muy dependientes de la coparticipación nacional. Pero esto no garantiza consenso, sino que hace más agudas las tensiones.
    CFK tampoco tendrá carta blanca de las patronales que, si concedieron una tregua (o apoyo político en algunos casos puntuales)fue el resultado de la decadencia de la oposición política burguesa y del marcado giro a la derecha de CFK, expresado hace poco en la represión a los docentes de ADOSAC. Respaldarán al gobierno en tanto garantice que seguirá marcando claramente la cancha a favor de sus intereses, al mismo tiempo que exigirán frenar cualquier "desborde sindical" como han bautizado cada justa pelea de los trabajadores.
    Si De la Sota logra hacerse con la gobernación de la provincia, la crisis económica internacional encontrará al PJ sumido en estas tensiones y a la burocracia sindical de Córdoba dividida. Un sector estará ubicado al lado del gobierno provincial en el marco de estas tensiones. Incluso a un nivel superior del que lo estuvo en estos años. Las actuales candidaturas de Pihen en la legislatura y Dragún como diputado nacional, perfilan el compromiso de este sector con el peronismo delasotista.
    Otro sector se hallará ubicado del lado del gobierno nacional, posiblemente haciendo el papel de oposición política provincial que la burocracia supo jugar en momentos de crisis , poniendo trabas a la gestión del gobierno provincial, en función de su apoyo a la continuidad del proyecto K.
    Estas tensiones entre las distintas alas de la burocracia en el marco de crisis entre el gobierno provincial y el nacional, pueden abrir un terreno fructífero para diversas luchas que ayuden a la maduración combativa de una nueva franja de trabajadores.
    En este marco es fundamental apostar al desarrollo de una corriente político-sindical en el movimiento obrero que levante una política independiente de todo sector patronal para poder jugar un papel importante en las crisis que se abran por las disputas entre los de arriba.

    ResponderEliminar
  2. Las luchas de clase, a mi modesto entender, SI NO HICISTE LA REVOLUCION O NO LOGRASTE LA TOMA DEL PODER, se dirimen con política (para vos, bonapartismo). En eso estamos, o mejor dicho, está CFK que -con carteras, capitalismo, soberbia y todo lo que quieras agregar- digita listas para el avance del campo popular (¿está en tus libros?). Ojalá me entiendas

    ResponderEliminar
  3. Sí, María te entiendo perfectamente. Boudou (CEMA-UceDe-UPAU), "candidatura del campo popula" ¿de qué librito lo sacaste? de uno que escribió Albaro Alsogaray o Maria Julia? (para no hablar de aliados como De la Sota, más allá de si acuerdan o no, que es solo cuestión de cargos)...
    Espero me entiendas....

    ResponderEliminar
  4. Fernando.
    Espero que no te escandalices con el film de Romero. ;-P
    http://deshonestidadintelectual.blogspot.com/2011/07/clasista-o-burocratica-la-revancha-de.html
    Un abrazo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares