Sindicatos y delegados (o representación y representatividad)



Leyendo este trabajo sobre la representación sindical, que ya había sido citado por Alfredo Zaiat en sus aspectos positivos, volcamos algunas conclusiones que creemos interesantes:

1) La cifra que hasta hace poco era sólo del 12% (ahora es del 14%) y enumeraba los establecimientos privados que tenían representación gremial en planta (delegados), era distorsiva, porque un dato importante es que casi el 40% de los trabajadores registrados en el sector privado tienen delegados (por su presencia en las grandes fábricas o empresas que concentran más trabajadores). Un dato simple, pero que muestra que hay más representación de base en el total de los trabajadores de lo que dice la cifra del 14% de establecimientos. Además de que en las "posiciones estratégicas" hay, en los términos del estudio, una "representación gremial consolidada", o mayor organización.

2) Como había afirmado Zaiat, estos números son superiores a los que se registran en otros países de América Latina, en términos de representación gremial en planta ("anomalía argentina")

3) Destacan como casos paradigmáticos que impusieron la vuelta a los estudios de la representación en la base, los casos de "Kraft" y "subte", uno de los exponentes de llamado "sindicalismo de base" y el otro del sindicalismo clasista.

4) Realiza una diferencia conceptual entre representación y representatividad, donde la primera es otorgada por el Estado (desde arriba) y la segunda por los trabajadores (desde abajo). Y afirma que tiene que haber alguna relación o diferentes relaciones en los distintos momentos entre una y otra; justamente ese es el debate. 
Un debate "imposible" para hacerlo en sí (abstractamente), porque el Estado aliado a las patronales otorga a la burocracia sindical -junto a la "representación"-, poderes de policía, de coerción y de coacción sobre la las bases, como para "regimentar" e imponer una falsa -o por lo menos muy distorsionada- representatividad que sería completamente otra si rigiese y estuviera garantizada la democracia sindical, la libertad de tendencias y la independencia del Estado. Por eso son nulas de toda nulidad esas encuestas de los "cientistas" defensores (conscientes o no) de la burocracia sindical, que salen a "confirmar" que si hubiera elecciones hoy, según sus resultados, muchos dirigentes sindicales ganarían cómodamente. Efectivamente, si se mantienen constantes todos los otros elementos (empoderamiento absoluto y monopolio otorgado por el Estado a los dirigentes actuales), el trabajador de base a la hora de responder lo hace como una "opción bajo presión".

5) Citamos:  "En todos los casos, existiría tal burocratización en mayor o menor grado. El problema es, entonces, determinar en qué grado esto ocurre: cuanto más amplia es la representación (en tanto número de representados) mayor será la diferencia entre la identidad de la organización y la de cada uno de los miembros del colectivo representados debido a la mayor burocratización del sindicato.
Expuestos estos puntos en términos de representación e identidad, Battistini (2010) afirma que en Argentina el otorgamiento de la personería gremial a algunos sindicatos y la interdicción a la posibilidad que otros ejerzan, en sentido pleno, la función representativa, así como la prerrogativa generada por dicha potestad institucional de la extensión de los beneficios de la negociación colectiva y con ello de la representación del conjunto de los incluidos en ella, potencia el distanciamiento". (destacados nuestros)
Traducido al marxismo: cuánto más "burguesa" es la representación y las formas de elección, alejadas de las bases, sin revocabilidad ni control, más semejante al funcionariado de la democracia liberal y el estado capitalista; más burocrática e institucionalizada se torna la representación. Cuánto más se acerca a la democracia proletaria (y en ese sentido las comisiones internas o cuerpos de delegados, aunque burócraticos, se asemejan más) es más combatible la burocratización o se puede aspirar a una representatividad más real. 
Y ligado a lo anterior, la regimentación estatal que otorga el "monopolio" ("interdicción" quiere decir veto o prohibición, a otros) de las negociaciones, los beneficios sociales y materiales etc., a la burocracia sindical, construye la burocratización que es funcional al control y contención del Estado sobre el movimiento obrero.
Cambiar la representación por una representatividad de nuevo tipo es imposible sin echar a la burocracia sindical y transformar los métodos de representación de los sindicatos (un ejemplo es el Sindicato Ceramista de Neuquén) y romper los lazos burocratizantes con el Estado. Muy otra sería la dinámica entre representación y representatividad y sobre todo muy distinta la potencialidad de la organización para la lucha de clases. No sería lo que en la jerga se conoce como "relación permanente de 180° de oposición", pero tampoco la identificación total; mediada por la institucionalización actual, que muchos predican. 

* Ilustración de REP tomada del artículo de Alfredo Zaiat, linkeado arriba

Comentarios

  1. aparecen programados dos sentidos de “representación” como
    paralelos: “representación” en el sentido de “hablar por otro” (como se da a nivel socio-político)
    y de “re-presentación” (como se utiliza el término en arte y filosofía). Dado que “teoría” sería
    solamente también “acción”, el teórico no representaría (es decir, no “hablaría por”) grupos
    oprimidos. En este caso, realmente, el sujeto no sería visto como una conciencia representativa
    (una realidad adecuadamente re-presentante). Esos dos sentidos de “representación” —dentro
    de la formación de un Estado y de la Ley, por un lado, y en la predicación del sujeto, por el
    otro— están relacionados pero son irreductiblemente discontinuos. Sin embargo, empalmar esta
    discontinuidad con una analogía que se presenta como una prueba, refleja nuevamente un modo
    de privilegiar al sujeto que termina siendo paradójico.17 Puesto que “la persona que habla y
    actúa (...) es siempre una multiplicidad” no existe “intelectual teórico (...) partido o (...)
    sindicato” que pueda representar “a aquellos que actúan y luchan” (Foucault, 1977: 206). Pero,
    ¿acaso aquellos que actúan y luchan son mudos, en oposición a los que actúan y hablan?
    Spivak http://www.google.com.ar/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&ved=0CCsQFjAA&url=http%3A%2F%2Fwww.orbistertius.unlp.edu.ar%2Fnumeros%2Fnumero-6%2Ftraduccion%2Fspivak&ei=w3OFUsmrHNfZsATepIDACA&usg=AFQjCNFJVX_Avl8BzSQmMUwJnK9W__OVVg&bvm=bv.56643336,d.cWc
    Puede hablar el sujeto subalterno??? aproveche que viene a la argentina

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